martes, 10 de julio de 2012

BEATO CARMELO BOLTA BAÑULS Mártir


10 de julio



BEATO CARMELO BOLTA BAÑULS
Mártir
(1860)


   Carmelo Bolta Bañuls nació en el pueblo de Real de Gandía (Valencia) el 29 de mayo de 1803, recibiendo en el bautismo el nombre de Pascual, que al entrar en religión cambiaría por el de Carmelo. Su tío, el padre Isidoro Bañuls, le orientó para que ingresase en la orden franciscana. Este religioso franciscano, el P. Isidoro, después de estar de 1823 a 1833 como procurador general en Tierra Santa, cuando en una nave regresaba a España, el 22 de julio de 1833, a la altura de las costas de Chipre, moría a manos de piratas greco-ortodoxos.

   Junto con otros cinco misioneros franciscanos, vistió el hábito a los 21 años de edad, en el convento de San Francisco de Valencia, de manos del guardián de aquella casa, P. Juan Bautista Chofré, y profesó en 1825. Después de haber hecho la profesión religiosa, hizo los estudios eclesiásticos en los conventos de Valencia, el de la Corona, y de Játiva. Ordenado sacerdote en 1829, lo enviaron al convento de San Blas de Segorbe con el cargo de predicador conventual. Allí estuvo de morador hasta mayo de 1831, obteniendo éxitos crecientes y abundantes frutos en la predicación entre fieles.            

   Obtenida la licencia de sus superiores para pasar a las Misiones de Tierra Santa, embarcó en julio de 1831, con Fr. Enrique Collado y otros 22 religiosos, para la Santa Custodia, adonde llegó el 3 de agosto. Después de visitar los principales Santuarios de nuestra Redención, el 18 de junio de 1838 fue nombrado presidente del hospicio de Jaffa, cargo al que renunció a los pocos meses, porque el clima de esta población no era beneficioso para su salud, reintegrándose a Jerusalén.

   Joven profundamente instruido, activo, simpático de carácter y afable en sus modales, como dice su biógrafo el P. Ronen, cultivó a la perfección las lenguas orientales, llegando a predicar con soltura en árabe y en griego, por lo que el Gobierno Turco le ofreció una cátedra de árabe en sus centros de enseñanza con un sueldo de una onza diaria, ofrecimiento que nuestro Beato no quiso aceptar por no desviarse de su misión de salvar almas.   Finalmente, después de haber estado diez años en Jerusalén, dedicado a la enseñanza de los Religiosos que se preparaban al sacerdocio, y de haber desempeñado por dos veces el oficio de superior de Damasco (1843-45 y 1851-58), así como el de párroco de los católicos de San Juan in Montana desde Agosto de 1845 a septiembre de 1851, en el mes de octubre de 1858 fue nombrado párroco de los católicos de Damasco y profesor de árabe para los jóvenes sacerdotes y para las escuelas que sostenía la Misión católica, frecuentadas diariamente por más de 400 alumnos

   En el año 1856, el sultán Abdul Megid publicó un decreto imperial por el que se suprimía toda distinción civil entre cristianos y musulmanes en el imperio otomano. Sintiéndose algunos grupos sectarios ofendidos por igualarles a los cristianos, a quienes se tomaba como inferiores, comenzó en el Medio Oriente un período de sangrientas persecuciones contra las comunidades cristianas, arreciando especialmente en Siria por obra de los drusos durante el año 1860. Los drusos llegaron a Damasco la vigilia del Ramadán, y el 7 de julio comenzaron las matanzas de cristianos. En la noche del 9 al 10 del mismo mes asaltaron la residencia franciscana y asesinaron bárbaramente a sus once moradores. El padre Carmelo Bolta Bañuls fue uno de los que recibieron esa noche la palma del martirio. Con su martirio el beato Carmelo Bolta coronó la ejemplaridad de su apostolado realizado arduamente en el árido campo musulmán.

   Introducida la causa de su beatificación el 17 de diciembre de 1885, y expedido el 13 de marzo de 1924 el decreto afirmando que constaba la fama de santidad de nuestro Venerable y de sus compañeros de martirio, el 2 de mayo de 1926 reconoció la Santa Sede su martirio, y el 22 de los mismos el Papa Pío XI decretó que podía procederse a su beatificación, la que fijó para el 10 de octubre de aquel año a fin de que coincidiese esta solemnidad con las fiestas del VII Centenario de la muerte de San Francisco de Asís. La diócesis de Valencia celebra su fiesta litúrgica el 10 de julio.

   Ver también: Mártires de Damasco.

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