lunes, 9 de julio de 2012

BEATA MARÍA ADOLFINA Mártir


9 de julio 


BEATA MARÍA ADOLFINA 
Mártir 
(1900)




   María Adolfina (Anne Dierkx), fue una de las siete religiosas que en 1898 fueron enviadas a China, a pedido de monseñor Francisco Fogolla, obispo coadjutor en Chan-Sí. Nació el 8 de marzo de 1866 en Ossendrecht (Holanda). Hija de un hogar pobre, pierde pronto a su madre, y los seis huerfanitos son recogidos por los vecinos. Anne pasa a vivir con un matrimonio de obreros, más ricos de caridad que de dinero. En la escuela, atenta al estudio, piadosa en la oración, es la primera en el juego, alegre y comunicativa.

   Al terminar la escuela primaria, comprende que debe ayudar a su familia adoptiva y se emplea como obrera en la fábrica del pueblo, como empaquetadora de café. Más tarde, pasa a servir en una familia con más posibilidades, y luego, va a la ciudad de Amberes para hacer el mismo trabajo. La joven va madurando su personalidad y su fe: comprende que la alegría verdadera viene de un manantial que no se seca, y que este gozo se obtiene solamente al precio del sufrimiento. Comienza a entrever que un AMOR enorme la llama, y su corazón encuentra paz en el deseo de servir a una fraternidad sin fronteras.

   En 1893 entra al noviciado de las Franciscanas Misioneras de María de Holanda, en Amberes. A la pregunta: «¿Cuál es la razón de su deseo de ser religiosa?», responde: «El deseo de sufrir por Nuestro Señor».

   Como la mujer fuerte de la Escritura, María Adolfina se entrega sin quejas inútiles a los trabajos más humildes y duros. Derramar su sangre por la fe... Adolfina no se cree digna de ello, pero ¡parte hacia China! «María Adolfina es una hermana a quien se le puede pedir todo», dice su superiora, María Herminia. La propia Adolfina escribe: «Ojalá Jesús me dé la gracia de atraer a su amor a mis ayudantes chinas, pero para ello es necesario que cumpla mi misión como verdadera víctima, entregada totalmente a Dios y a las almas». Y Dios escuchó su deseo. María Adolfina no faltó a la cita con el testimonio de la entrega total de su vida por la fe en Jesús.

   Fue martirizada junto con sus seis compañeras, el 9 de julio de 1900, en Taiyuanfu (China) y beatificada el 24 de noviembre de 1946, en Roma, por el papa Pío XII.

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